martes, 17 de noviembre de 2009

Transferencia de microbios


más que los intestinos o la boca
El dedo índice y la planta del pie, las zonas con más microbios
(de EP)
El dedo índice y la planta del pie albergan más microbios que los intestinos o la boca, según un estudio de la Universidad de Colorado en Boulder (Estados Unidos) que se publica en 'Science Express', la edición digital de la revista 'Science'. Otro de sus curiosos descubrimientos muestra que los microbios de la frente pueden proliferar en el antebrazo pero no a la inversa.
Los investigadores explican que nuestros cuerpos son el hogar de incontables microorganismos y los investigadores dicen que los resultados de un análisis reciente de todo el cuerpo sobre estas comunidades microbianas diversas podría finalmente revelar cómo los cambios en estas comunidades pueden causar, o evitar, enfermedades.
Los científicos, dirigidos por Elizabeth Costello, analizaron microbios de hasta 27 partes del cuerpo incluyendo los intestinos, boca, oído, nariz y hasta 18 superficies de la piel de un grupo de adultos sanos en cuatro ocasiones distintas.
Sus descubrimientos se basan en una investigación previa publicada en 'Science' en mayo de este año y revelan que la localización del cuerpo es esencial en la composición de las comunidades microbianas que lo habitan, mucho más que la progresión del tiempo o la variación entre las personas individuales.
Los autores descubrieron que algunas localizaciones de la piel, como el dedo índice o la planta del pie, a menudo albergan una mayor diversidad de microbios que los intestinos o la boca.
En estudios posteriores, los investigadores trasplantaron comunidades microbianas de un lugar del organismo a otro sitio, y de una persona a otra, y descubrieron que los factores ambientales eran incluso más fuertes en la forma de las comunidades microbianas en las localizaciones de la piel grasas en comparación con las de piel seca. Por ejemplo, los microbios del antebrazo no proliferaban tan bien en la frente, pero los microbios de la frente se desarrollaban bien en el antebrazo.

Ese grupo de adultos que investigó la Costello, debía tener una querencia extraña en el dedo índice, pues parece raro que tuvieran tantos microbios ubicados en esa zona. Lo de la planta de los pies puedo comprenderlo, ya que mucho personal la descuida por estar tan alejada de la visual. ¿A qué podría deberse esa cantidad exorbitante de microbios en un lugar tan a la vista como el dedo índice? ¿Tal vez tienen la manía de hurgarse las narices con ese dedo cuando, normalmente, se emplea el pulgar para tal menester? La doctora Costello no aclara cuál es la razón de semejante anomalía, pero Augusto, el conserje, me ha proporcionado, sin comerlo ni beberlo, la posible solución al verlo afanosamente rascándose "sus partes".

Otra cosa intrigante es el lío de los microbios de la frente y antebrazos. ¿Qué vicio es ése de andar frotándose ambas zonas? Si es para quitarse el sudor, lo normal es coger un pañuelo y, con la mano, pasárselo por la frente. Me parece que la doctora escogió un grupo de adultos bastante rarillos.

8 comentarios:

  1. El interés por el dedo índice lo entiendo, y el de los pies también (mi santo, concretamente, tiene el fetichismo centrado en los pies) pero ¿qué nos importa la cantidad de microbios que haya en los intestinos si nunca se los vamos a tocar o a chupar a alguien?

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  2. Más que rarillos, Bwana.
    Si han encontrado un ecosistema en el antebrazo, ni le cuento cómo debe estar el ombligo.

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  3. Dª Ginebra:
    No se crea, hay gente que muestra enorme interés por un intestino bien aseado. Cosas de la modernidad, sospecho.

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  4. Dª Maharani:
    Me ha dicho el médico que por ese agujero no sale ni entra nada, así que debe haberse acumulado bastante
    porquería, sin duda.

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  5. Lo del dedo se explica por la manía de limpiarse el culo con poco papel así que siempre te llevas parte de pegatina en el dedo...

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  6. D. isra:
    ¡Vaya despiste el mío! Había olvidado esa función tan importante e incluso la afición en hacer pintadas en la pared del retrete, una vez apropiadamente untado.

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  7. D. mamuma:
    Sí, puede que lleve razón. Aquí confluyen grandes analistas.

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